Mantenlo experiencial, personificado y alegre
Si deseas ayudar a los futuros defensores del clima, ¡una de las estrategias más eficaces que puedes seguir con los estudiantes más jóvenes es animarlos a explorar y apreciar la naturaleza! En su libro, "Beyond Ecophobia: Reclaiming the Heart in Nature Education" (recurso en inglés), el educador ambiental [David Sobel] habla sobre la importancia de ser expuesto a la naturaleza a una edad temprana, citando la investigación de que los adultos que pasaron mucho tiempo explorando el aire libre como niños exhiben mayores comportamientos pro-ambientales que los que no lo hicieron. Los niños que aprenden a amar la naturaleza a una edad temprana tienen más probabilidades de protegerla cuando crezcan.
Juega con los niños al aire libre y anima a los padres a jugar con sus hijos al aire libre. Permite que dirijan sus propios juegos, pero narra sus juegos describiendo lo que están haciendo y haciéndoles preguntas sobre lo que están haciendo y por qué. Las oportunidades de jugar deben mantenerse a lo largo del tiempo, incluyendoel regreso a lugares familiares (por ejemplo, un parque local) en diferentes puntos a lo largo del año.
Evita usar las palabras "ten cuidado" y revelar lo que no te gusta sobre ciertos aspectos de la naturaleza (por ejemplo, insectos o serpientes). Los niños oyen tantas palabras de precaución de los adultos cuando juegan en la naturaleza, que pueden empezar a temer a la naturaleza. Deja que se ensucien o mojen, que se raspen las rodillas; como resultado, serán mejores defensores del clima. Una posible alternativa a decir "ten cuidado" es recordarle a los niños que "presten atención" para apoyar a los niños a que noten y manejen los riesgos, los límites y los niveles de comodidad mientras juegan.
¡El juego es una estrategia importante para facilitar las actividades de aprendizaje también! Especialmente para los estudiantes jóvenes, los juegos, las canciones, los bailes y las simulaciones pueden ser formas útiles de explorar fenómenos y conceptos complejos de la ciencia del clima (por ejemplo, el ciclo del agua). Los gestos y otras formas personificadas de aprendizaje y comunicación son herramientas poderosas para la modelación científica. Puedes animar a los niños a personificar diferentes plantas, animales, agua y otros componentes de los ecosistemas. Por ejemplo, podrían imaginar e imitar cómo un oso polar se movería, jugaría y cuidaría a sus críos.